miércoles

ABIERTA HASTA EL AMANECER.

No soy rencorosa. No lo fui nuncaEnseguida se me olvidan celos, afrentas, vaivenes de orgullos ajenos. Pero hay días que necesito vengarme de la HumanidadAsí, en general. Y decido llegar tarde a todas partesMe pone que me esperen. Me encanta alegar al teléfono excusas plausibles poniendo voz de velocidad, mientras me apunto uno más y otro más con estas manitas.


Sentada en el suelo de mi cuarto. El suelo frío, mis muslos noÉsta es mi venganza particular, y así he logrado no odiar jamás a nadie. Yo siempre fui una chica lista.

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