Eres el tío más blando del mundo, y lo sabes.

El más romanticón, y resulta que finges ser todo lo contrario.

Pareces un pasota pero sé de sobra que le das al coco más que nadie.

Solo tú eres capaz de replantearte tu vida en quince minutos de taxi.

Solo tú. Y cosas como esa, te hacen especial. Único.

Ya lo sabes, si fueras de otra manera... No molarías nada.

Por no hablar de nuestras peleas, de tu mal genio (en ocasiones), 

tus borracheras incontrolables, tus sutilezas, y tus guarradas. 

Que son tu mayor encanto.

Porque aunque seas un objeto, eres pieza clave, 

y yo, te necesito a bordo del barco. 

Para que cuando se hunda, te hundas conmigo.

 Para cuando te hundas, estar ahí, contigo. 

Bien sabes que nadie podrá con nosotros. 

Bien sé que echarás la zarpa a quien intente hacerme daño.

Aprende siempre a aguantarlo todo. 

Intenta que cada golpe te haga más fuerte.

Y no olvides nunca, que estoy ahí. 

Que es cosa de dos; 

que tú me has enseñado que las cosas de tres no molan nada. 

Que no se puede atender a todo.

Por mí tampoco te preocupes, preocúpate por ti. 

Porque la sonrisa de la foto, te dure toda la vida.

Por mi parte, solo estoy aquí, 

por si algún día te falta esa sonrisa; para ayudarte a recuperarla.

Me das asco. Ya sabes que te odio un montón.

Y ahora pírate. ¡Que te vayas joder! ¡Que me dejes en paz!